Helvetia Anaitasuna 23 Atlético de Madrid 27

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Foto: Marca.com

Helvetia Anaitasuna 23

Capón 8, Carvajal (2goles) 7, Martínez (1gol) 6, Reig (3goles) 7, Meoki 6, Montávez (3goles) 7, Nadoveza (1 gol, 3 penaltis) 7, Borragán (4goles) 7, Novelle 6, Schulz 9, Chocarro (3goles, 1 penalti) 8, Marcelo (2goles) 7 y Goñi 6.

Atlético de Madrid 27

Migallón (1gol) 7, Fernández (1gol) 6, Kälman (1gol) 5, Romero 6, Aguinagalde (2goles) 7, Davis 7, García (5 goles, 2 penaltis) 9, Rogne 6, Barachet 6, Cañellas (1gol, 1 penalti) 7, Sabanovic 6, Masachs 6, Balic (6goles) 9 y Lazarov  7 (5goles, 1 penalti).

 

Árbitro Carlos Luque Cabrejas e Ignacio Pascual Sánchez. Excluyeron por parte del Atlético de Madrid a Kälman (2 veces), Aguinagalde, Romero y Migallón; y por parte de Anaitasuna a Martínez, Reig, Borragán, Novelle y Nadoveza.

 

Marcador cada cinco minutos

2-2, 5-3, 7-5, 10-5, 12-8, 14-10 (descanso); 15-13, 17-15, 19-17, 19-21, 20-25, 23-27

 

Estadio Pabellón Anaitasuna, 1.600 espectadores.

 

Lanzamientos Anaitasuna 19/32

Penaltis Anaitasuna 4/4

 

Lanzamientos Atlético de Madrid 22/31

Penaltis Atlético de Madrid 5/8

 

Helvetia Anaitasuna cayó ayer ante el Atlético de Madrid en la Catedral (23-27) en un encuentro que empezaron dominando los locales, pero que cayó del lado visitante debido al mejor aguante físico de los jugadores de Dujshebaev y su gran arreón final. Empezaron los locales como un ciclón y pronto abrieron brecha en el marcador, situándose en el ecuador de la primera mitad a cinco de distancia de un Atlético de Madrid totalmente desorientado. Buena culpa de ello la tuvieron los dos porteros locales, Matías Schulz y Álex Capón, que cerraron con candado la meta local, tanto en los lanzamientos sobre línea como en los penaltis. De este modo, se llegó al descanso con un Helvetia Anaitasuna cuatro goles arriba en el marcador y dejando buenas sensaciones en la primera mitad del encuentro.

 

Ya en la segunda mitad, los locales achacaron el esfuerzo de los primeros minutos del partido y el Atlético de Madrid, comandado por García y Balic, aprovechó la oportunidad para hacer daño a un Anaitasuna que bajó la guardia en defensa y que desperdició las distintas superioridades de las que gozó en la segunda mitad. Fue, a falta de diez minutos para la conclusión del partido, cuando el Atlético de Madrid se sintió más cómodo en la pista, llevando a cabo múltiples contraataques cuyo destino siempre era la red de un Schulz menos inspirado en este tramo del encuentro. En definitiva, los madrileños se marcharon reforzados de una Pabellón Anaitasuna del cual podrían haber salido muy heridos, mientras que los navarros posiblemente se queden con la sensación de que la victoria estuvo más cerca de lo que se creía en un principio.

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